El reciclaje inteligente, la clave para la evolución en la SmartCity

Se estima que solo en España se arrojan 21 millones de toneladas de residuos al cabo de un año. La gestión inapropiada de los desperdicios ya genera efectos adversos en multitud de ciudades del planeta que necesitan una reformulación de este proceso.  Por ello, en esta entrada contemplaremos algunos de los beneficios que la SmartCity puede proporcionarnos a través del reciclado inteligente y las nuevas tecnologías.

La principal medida a incorporar está basada en la inclusión de los contenedores digitales, una opción que ya se trabaja en muchos lugares y que favorecerían algunos de los siguientes pasos:

  • Identificación de los usuarios: este sistema permitiría el reconocimiento de las personas que se limiten a realizar el reciclado de productos, que podría ser posible a través del reconocimiento mediante tarjetas, o bien, a partir de la huella dactilar. A su vez, también sería posible conocer el nivel de residuos generados por cada individuo al día y obtener datos representativos a través del big data para conocer el consumo por zona geográfica.  Este sistema ofrecería la posibilidad de generar incentivos a los usuarios través de la acumulación de puntos con acciones concretas, o bien, de algunos “descuentos” incluso en los impuestos.
  • Ofrecer un “feedback” en cada momento: la implementación de sensores podría informar, en tiempo real, del estado de los contenedores y de sus niveles. De esta forma, se gestionarían las recogidas sólo cuando sean necesarias optimizando así los transportes por parte de las empresas encargadas favoreciendo el ahorro de las energías y disminuyendo el impacto en el medio ambiente. Además, estos soportes pueden ser cómplices para una correcta gestión al poder mostrar, a través de pantallas, el estado de los mismos y poder ofrecer mapas representativos con otros puntos cercanos en caso de no poder utilizarse.

Para que el reciclaje inteligente se convierta en una realidad, también es necesario trabajar en las siguientes líneas:

  • Empleo de las nuevas tecnologías como medio para mejorar la concienciación. La llegada de las redes 5G serán protagonistas en este proceso al permitir enviar mensajes en todo tipo de soportes, como son los propios electrodomésticos de los hogares. Así se podría recordar a la ciudadanía los buenos hábitos y cómo su aportación es clave y forma parte de este proceso. Además, este tipo de enseñanzas son de especial relevancia entre las edades tempranas destacando cómo los residuos mal gestionados elevan la contaminación, los malos olores, o bien,  contribuyen al efecto invernadero.
  • Crear y fomentar soportes reutilizables más duraderos evitaría la generación incesante de nuevos empaquetados. Aunque ya se está favoreciendo con la apuesta de las bolsas reutilizables en los establecimientos, o bien, con la retirada de los plásticos de forma paulatina, es conveniente  ofrecer otras alternativas. Otra pieza clave aquí es acabar con la obsolescencia programada de los propios productos favoreciendo así el desarrollo de la economía colaborativay el consumo responsable.
  • Establecer nuevo puntos de conexión que faciliten el reciclaje como, por ejemplo, a través de la incorporación de máquinas en establecimientos que compensen de forma económica. También los centros educativos o universidades pueden ser una fórmula de concienciación si se incluyen en estos espacios.