Internet de las cosas: ¿útil?

Puede que sí, y también puede que no, hayas leído o escuchado hablar últimamente sobre el IoT (Internet of Things) o internet de las cosas. Sea como sea, lo cierto es que se trata de un concepto que cada día cobra mayor vigencia y actualidad a nivel global. Y es por ello que hemos decidido traerlo a nuestro post semanal.

Pero, ¿qué es realmente el internet de las cosas? Aunque resulte un poco abstracto y difícil de explicar, podríamos resumirlo como una red que interconecta cualquier objeto físico capaz de establecer y mantener una conexión a internet.

Uno de los objetivos principales del internet de las cosas es facilitar la vida (sin comprometer la seguridad) en todos los ámbitos de la existencia humana: personal, empresarial, etc. Resulta muy útil pues permite, a través de servidores, sistemas de códigos y redes, establecer comunicación para intercambiar datos o actualizar los preexistentes. Asimismo, posibilita localizar y manejar objetos mediante la red, siempre que estén conectados.

En este grupo podemos incluir aparatos como termostatos, vehículos, luces, electrodomésticos (televisores, hornos, lavadoras, frigoríficos), etc. A la velocidad con la que avanza la tecnología, y añadiendo que los nuevos materiales y técnicas hacen los componentes cada vez más baratos, se estima que para el año 2025 habrá más de 21 billones de dispositivos IoT en el mundo. Tokio y Londres se mantienen a la puntera en el internet de las cosas. Allí lo aplican ya a semáforos, cámaras de vigilancia, sistemas de transporte público, etc.

Otro ejemplo, más cotidiano y sobre el que nos detendremos en próximas publicaciones, es el de los “sportwatches”, que permiten monitorizar al detalle la actividad física que realizas a lo largo del día. También los asistentes de voz, tan de moda, que hacen posible realizar acciones a través de comandos sonoros como llamar por teléfono, escuchar música, escribir notas, e incluso hasta comprar online en nuestro marketplace favorito.

Por lo tanto, podemos concluir que el internet de las cosas ha llegado para revolucionar la vida privada y en sociedad. Aún está por verse todo su potencial y el sinnúmero de aplicaciones que puede tener la tecnología de los dispositivos interconectados.