¿Qué implica convertirse en una Ciudad Inteligente o Smart City?

El pasado año, Estocolmo recibió el premio a la Ciudad Inteligente 2019 que concede el salón Smart City Expo World Congress de Barcelona, un punto de encuentro único para todo el ecosistema en el que se mueve el desarrollo de este tipo de urbes. Pero exactamente, ¿qué es y qué implica convertirse en una ciudad inteligente?

El concepto de “Ciudad Inteligente” proviene del término inglés “Smart City” y aunque no existe una definición oficial sobre ello, sí que puede contemplarse como una urbe basada en un desarrollo sostenible donde el ámbito tecnológico es clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y garantizar una mayor eficiencia de los servicios. Todo ello, logrado mediante el IoT y el Big Data, es decir, implantando tecnología inteligente para realizar una recopilación de datos que permita mejorar la prestación de estos servicios y la interacción entre el gobierno local y los propios ciudadanos.

Cada vez más, el concepto se vuelve más amplio y ambicioso, asociando la característica «inteligente» no solo a su dimensión digital, sino a los atributos deseables tales como la sostenibilidad, eficiencia, participación, innovación, gobernanza e inclusión social.

El Informe encargado por la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo Mapping Smart Cities in the EU, con el que se conoce el estado de las iniciativas de Smart City en los 28 Estados miembros considera que una ciudad es inteligente si tiene al menos una iniciativa que aborde una o más de las siguientes dimensiones:

Smart Economy. Este atributo englobaría el espíritu innovador de la ciudad, emprendimiento activo, su imagen y marca, productividad así como la flexibilidad del mercado de trabajo e inserción internacional.

Smart People. El nivel de cualificación, aprendizaje continuo, pluralidad étnica existente y mente abierta.

Smart Mobility. Se centra en la accesibilidad local de la ciudad, así como en la disponibilidad de las estructuras basadas en tecnologías inteligentes y la sostenibilidad del sistema de transporte.

Smart Environment. Es uno de los puntos en los que más se trabaja hoy día y recae en las condiciones medioambientales, la calidad del aire, concienciación ecológica del sistema y la gestión sostenible de recursos como por ejemplo, la energía, el agua o los residuos.

Smart Governance. Bajo esta dimensión se encuentra el nivel de participación en la vida pública, los servicios públicos y sociales paralelamente al mantenimiento de una gobernanza transparente

Smart Living. Este aspecto se desarrollaría mediante el uso de las tecnologías para garantizar facilidades culturales, condiciones de salud e higiene, seguridad individual, calidad de la vivienda, facilidades educativas, atractivo turístico y bienestar económico.

Para lograr todo esto, la tecnología FIWARE se posiciona como un elemento clave para el desarrollo de todos estos atributos que convierten a la ciudad en una urbe realmente inteligente, tecnológica y sostenible.