El futuro de la seguridad en el IoT

En este mundo superconectado no solo basta con instalar una puerta blindada. El auge de las tecnologías, los dispositivos vinculados a internet, hace que la seguridad sea un elemento clave. Por ello las empresas están especializándose en dar respuesta a esta demanda de la actual sociedad.

Los avances que más recorrido tendrán además de la inteligencia artificial, el 5G y el Internet de las Cosas, serán la visión artificial y la computación cuántica, que pujarán con fuerza. En el año 2030 habrá 500.000 millones de aparatos con conexión a la red. El crecimiento de estos dispositivos supone también un incremento en el número de nuevas vulnerabilidades que les afectan.

Esta tecnología transformará prácticamente todos los sectores de la economía: la industria, la salud, la energía, el transporte o la seguridad.

Os vamos a poner algunos ejemplos:

Sector videovigilancia. Las cámaras graban y detectan señales de anormalidad en caso de intrusión, suena la alarma y se envía una alerta automática al servicio de seguridad. Un fallo en la red provocaría una nula protección y cualquier persona podría aprovechar esa situación.

Sector teleasistencia. Está pensado para personas mayores, aisladas o con discapacidad. Consiste en un transmisor que está conectado y que la persona lleva encima en todo momento. Si hay un corte en la red en este caso no se podría socorrer a la persona o podría llegar la ayuda más tarde de lo previsto.

Sector empresarial. Los datos que manejan las empresas son confidenciales, ya sea sobre la privacidad de un individuo o la información comercial. Un fallo en la red provocaría que esos datos estuvieran expuestos a ser mercantilizados en la sociedad moderna.

En este sentido, en los últimos años la Internet Engineering Task Force (IEFT), organización internacional que lidera la estandarización de protocolos de Internet, ha puesto mucho énfasis en la seguridad de la red con la misión de hacerla más robusta ante este tipo de ataques.