03 Ene Consumo responsable: nuevas fórmulas y beneficios para las ciudades inteligentes
El consumo responsable se caracteriza por fomentar y apostar por aquellos productos que minimicen el impacto medioambiental para la sociedad en general, además de optar por el cuidado de los mismos y que éstos puedan reutilizarse el mayor número de veces posibles. Esta premisa, cada vez más extendida entre los nuevos entornos, se consolida como una línea clave que puede ser posible gracias al desarrollo de las nuevas ciudades inteligentes.
Las bases del consumo responsable se sitúan en dos objetivos claves: la de consumir lo menos posible y que, cuando se haga, se realice de forma solidaria y sostenible para todos. Entre los principios más relevantes de esta nueva forma de vida, destacamos los siguientes:
- Apostar por las líneas ecológicas al permitir frenar el gasto excesivo de los recursos naturales. Un papel muy importante en esta parcela es el trabajo de las granjas de precisión dado que la tecnología ayudaría a seleccionar mejor las plantaciones, además de los propios cuidados como puede ser el regadío, optimizando al máximo las materias primas necesarias. Aquí también pueden ser relevantes las granjas verticales, que se caracterizan por estar controladas y monitorizadas por “robots”.
- De carácter ético: ambos principios van estrechamente ligados y de la mano. Por un lado, el consumo responsable aboga por los derechos de los productores, además de inculcar una mayor responsabilidad ciudadana para que se ejerzan formas de consumos adaptadas a las necesidades sin un elevado nivel de consumismo. En el caso de la Smartcity, una de las premisas es la de diseñar mecanismos capaces de gestionar mejor nuevas formas de vida, además de hacer frente a situaciones adversas como la desertificación y la falta de recursos claves como el agua.
- Impacto en el medio ambiente: las nuevas formas de consumo también podrán adaptarse y reducir de forma notable el nivel de las emisiones gracias a los siguientes parámetros:
- El avance de las redes 5G, en la era del todo conectado, facilitará que se puedan programar, desde cualquier lugar, la gestión de los electrodomésticos como, por ejemplo, el horno, el microondas o incluso la propia nevera, opciones necesarias para el ahorro y la optimización de la energía.
- El avance de la era digital fomentará el teletrabajo en las organizaciones, reduciendo así los desplazamientos masivos, además del ahorro del combustible.
- La apuesta y concienciación hacia un mayor uso de la movilidad sostenible permitirá el desarrollo de vehículos eléctricos socialmente responsables. Mientras tanto y hasta que esta opción sea 100% posible, la evolución hacia carburantes alternativos también es de especial ayuda, además de poder combinarse con bicicletas o motos eléctricas.
- Implementar sistemas de energías renovables en todos los espacios podría generar una mayor eficiencia energética beneficiosa para todos.