¿En qué consiste la economía circular? Principios básicos y factores a tener en cuenta

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El concepto de economía circular hace referencia a un mayor aprovechamiento de los recursos que utilizamos de forma diaria. Este parámetro, que ya comienza a trabajarse en muchas áreas de la sociedad, es fundamental para disminuir el impacto medioambiental. La concienciación constituye uno de los principales hitos para conseguirlo.

La inclusión de nuevas prácticas y políticas a seguir son fundamentales para implantar estos cambios. Este principio se basa en la posibilidad de reutilizar, reciclar materiales, alquilar y utilizar un producto específico, las veces que sean necesarias, con el fin de extender su ciclo de vida y aportar nuevos valores añadidos. Esta nueva visión favorecería la eliminación del modelo actual, que se basa en el concepto de “usar y tirar”, además de la supresión total de la obsolescencia programada, política que aún permanece en algunas marcas.

Apostar por la economía circular permitiría prescindir de un mayor número de materias primas al poder aprovechar mejor los recursos existentes. Esta opción reduciría el impacto medio ambiental y, en consecuencia, mejoraría el clima al reducir el consumo de energía y las emisiones CO2.

¿Cómo es posible reducir el gasto de energía en nuestra vida diaria? Podemos destacar dos apartados relevantes:

  • Emplear materiales sostenibles a la hora de realizar construcciones (casas, edificios públicos, empresas, etc.) Esta opción permitiría disminuir el impacto durante el ciclo de vida del producto, favorecer el aislamiento y, en consecuencia, la demanda energética. A su vez, integrar los paneles solares en cualquier infraestructura permitiría el uso y desarrollo de la energía renovable en todas las áreas de la sociedad.
  • Gestión inteligente del alumbrado en calles e instituciones. La inclusión de sensores que activan la iluminación pueden ser una buena iniciativa para evitar que se mantengan activos todo el tiempo, opción que podría ser posible gracias a la evolución de la SmartCity en los próximos años. En el caso de los hogares, la gestión de la domótica a través de aplicaciones móviles son una buena herramienta para cubrir estas necesidades.

Por otro lado, la economía circular también podría ser posible gracias a los siguientes ítems:

  • Aunque algunos proyectos pioneros ya trabajan en esta área, la gestión inteligente de residuos no sólo ayudaría en las labores de reciclaje, sino también en la recogida de los mismos sólo cuando sea necesario, opción que disminuiría el impacto del transporte y los desplazamientos.
  • Incentivar a los usuarios, de forma económica, para fomentar que se recicle no sólo productos propios, sino también aquellos que puedan encontrarse en las calles convirtiendo al peatón en protagonista de su propia ciudad. En muchos países europeos este sistema se incluye a través de máquinas en establecimientos y comercios específicos.
  • Fomentar el teletrabajo, por parte de las empresas, ahorraría miles de desplazamientos cada día disminuyendo así la emisión de gases y, en consecuencia, la contaminación atmosférica. Además, recompensar, desde la organización, que se comparta el transporte con minutos de tiempo, utilizar la bicicleta u otros soportes alternativos, o bien, el desplazamiento colectivo constituye una gran iniciativa para implementar estos cambios.