Cloud computing: tus datos siempre a mano

Hoy en día escuchamos hablar bastante a menudo del término cloud y puede que nos vengan a la cabeza muchas conjeturas, todas ellas de seguro relacionadas con las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento, pero ¿sabemos realmente qué es el cloud computing y qué tipos existen?

Como muchos habréis acertado, el término cloud significa en español, nube, y es más fácil de comprender de lo que creéis. Básicamente, su sistema consiste en el almacenamiento de códigos en una red virtual conectada a internet. Esta pretensión surgió desde la década de 1960, cuando comenzó a desearse que todos los datos existentes estuviesen interconectados, algo que supondría una enorme ventaja para cualquier sector, pues permitiría el acceso a documentos, programas y archivos remotos sin necesidad de desplazamiento. Aunque este brillante proyecto tardó mucho tiempo en materializarse y desarrollarse luego, a partir de los años 90 evolucionó y sigue evolucionando de forma considerable y constante.

Aplicaciones como Google Drive, Dropbox o SkyDrive son las más populares. Su funcionamiento es sencillo: los datos albergados en el PC se suben directamente al servidor de la página web seleccionada y una vez allí se mantienen almacenados y encriptados hasta que se requiera utilizarlos o descargarlos. El mayor inconveniente de este sistema lo encontramos en los resquicios de seguridad frente a los cada día más comunes ciberataques, máxime cuando la información almacenada resulta sensible o de gran valor.

Actualmente, estas aplicaciones han generado un ahorro sustancial de tiempo y recursos, al tratarse de un método muy económico, que destaca por su versatilidad en cuanto a acceso desde varios dispositivos, así como por la escalabilidad y comodidad que proporciona.

Por lo tanto, conviene hablar entonces de los tipos de cloud que existen. Quizás no te resulte demasiado familiar, pero en el fondo es más sencillo de lo que parece.

  • Cloud pública: el propio proveedor decide compartir sus recursos de forma abierta, tanto a empresas como a personas. Los mejores ejemplos son célebres corporaciones como el gigante Amazon o Google Engine.
  • Cloud privada: en esta ocasión el proveedor solo trabajará para una empresa particular. Estas entidades suelen tener un sistema bastante complejo. Destacan aquí las plataformas OpenStack o Apache CloudStack.
  • Cloud híbrida: es un tipo de nube compuesta por una mezcla de las dos anteriores. Por un lado ofrece servicios que se comparten de manera pública y otros que se comparten de forma privada. Esta fórmula es una de las más utilizadas en la actualidad, puesto que solo se contrata a una empresa externa cuando realmente se necesita, por lo tanto es la más aconsejable para cualquier empresa.

Como conclusión, el cloud computing o “computación en la Nube” es una poderosa herramienta que nos ayuda a acceder a documentos o archivos desde cualquier dispositivo y en cualquier parte. Además, a pesar del riesgo de violación de la seguridad por ciberataque, soluciona el frecuente problema de falta de espacio para el almacenamiento de información. Es una solución muy práctica para grandes y pequeñas entidades, que ya pueden disponer de todos sus datos en la Nube para llevar a cabo sus operaciones en el mundo virtual.